La
causa parte de una denuncia de dos asociaciones que acusan a la empresa de
engaño.
Tres
administradores concursales de Establecimientos Miró han asegurado al juez en
una declaración como testigos que la firma de venta al por menor de
electrodomésticos falsificó sus cuentas y que sus números "no reflejaban
la situación real de la empresa".
En
la declaración que prestaron conjuntamente el 29 de mayo en el Juzgado de
Instrucción 9 de Barcelona y a la que ha tenido acceso Europa Press, los
administradores relataron irregularidades que detectaron al hacerse cargo de la
empresa cuando solicitó el concurso de acreedores.
Los
inventarios de la cadena que hizo el empresario Francesc M., imputado en la
causa, cuando se presentó al concurso de acreedores tenían el doble de valor
que el que hicieron luego los administradores: "Las existencias estaban
sobrevaloradas por determinados artificios contables", según han explicado
al juez.
Otra
de las maniobras consistió presuntamente en vender productos a otras compañías
del grupo que no se pagaban: "Algunas de estas sociedades tenían unas
existencias que eran mayores que todas las ventas de un año", según
comparó uno de los administradores para dar una idea del volumen de la
operación.
Establecimientos
Miró también presuntamente infravaloró las deudas que tenía con sus proveedores
y acreedores, y lo hizo metiendo cargos contables ficticios que no
correspondían a ninguna operación.
"De
no haberse contabilizado las irregularidades anteriores Miró habría mostrado
unas pérdidas continuadas en todos los años y sólo habría tenido beneficios en
2001", aseguró uno de los administradores, aunque la empresa no presentó
el concurso hasta diez años después.
La
investigación parte de una querella presentada en octubre de 2011 por la
Asociación Nacional de Fabricantes de Electrodomésticos de Línea Blanca (Anfel)
y la Asociación Española de Fabricantes de Pequeños Electrodomésticos (Fape)
contra el responsable de Miró, Francisco M.
La
defensa de Anfel y Fape presentó la querella acusándole de que, en los años
previos al concurso, la solvencia de la empresa no era tal, que falseaban los
números y que las cuentas del año 2010 estaban distorsionadas con una
diferencia en el patrimonio de 170 millones de euros más de los que tenían.
SUPUESTO ENGAÑO
Consideran
que Miró ocultó a las dos asociaciones "su imposibilidad de cumplir sus
obligaciones" de pago, simulando normalidad en sus cuentas, con lo que
Anfel y Fape suministraron mercancía por valor de 70 millones.
Las
asociaciones aseguran que, de saber la situación económica por la que pasaba
Establecimientos Miró, se habrían abstenido de firmar estos contratos