¿Por qué?
Porque hay que crear empleo de calidad, con valor añadido, para que los jóvenes que salen de las universidades y los centros de formación profesional tengan alternativas y eso es hablar de industria.
¿Cómo?
Elaborando una política industrial a largo plazo, con planes y objetivos adecuados a cada momento y con una continuidad que permita la consecución de los objetivos.
A través de una consideración integral de los sistemas productivos y de servicios, que permita el diseño de un modelo de crecimiento con una base industrial sólida.
Con una política incentivadora de la inversión que apoye la innovación, la investigación y el desarrollo y que se conjugue con una política de formación y cualificación que invierta en la capacitación profesional de los trabajadores y trabajadoras.