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Somos un país más pobre, con más desempleo y peores servicios, pero los
beneficios empresariales continúan aumentando.
UGT considera que el “Informe de
Evaluación de Impacto de la Reforma Laboral”, publicado por el Ministerio de
Empleo y Seguridad Social, enumera una serie de instrumentos y resultados de
esta reforma con afirmaciones indemostrables y, en ocasiones, con datos ajenos
al propio Ministerio y contradictorios con los publicados por éste, como es el
caso de los convenios colectivos.
Al
sindicato, en su informe “Más de un año de reforma laboral: Notas al Informe de
Impacto del MEYSS”, le llama poderosamente la atención que el Ministerio se
enorgullezca de haber destruido 400.000 empleos públicos, afirmando que el paro
se ha moderado desde la reforma y utilizando para ello datos de segundo
trimestre a segundo trimestre, obviando que los dos primeros trimestres de
reforma fueron de gran destrucción de empleo.
En
su informe, el Gobierno señala, entre otras cuestiones, que con la reforma se
potencia la movilidad y la modificación de las condiciones de trabajo en la
empresa, cuando la modificación no se ha producido de manera negociada, sino
impuesta discrecionalmente por el empresario; y se fomentan las decisiones
empresariales de suspensión de contratos y reducción de jornada para evitar
despidos, cuando en un año los trabajadores afectados por ERE han aumentado más
de un 6%.
El
Ejecutivo destaca que la reforma potencia la formación como derecho, cuando se
reducen constantemente el número de becas y se incrementan las tasas
académicas, se incide en la privatización de la enseñanza, se establecen
mecanismos de segregación en la formación reglada y se reduce el número de
titulaciones de FP reglada y de la Universidad.
Además,
instaura el contrato de formación y aprendizaje, un contrato que elimina
derechos presentes y futuros del trabajador, e incluye el contrato indefinido
de emprendedores para fomentar la creación de empleo estable y reducir la
dualidad laboral, un contrato que, en la realidad, representa un 0,6% del total
de los contratos.
Los
datos demuestran que la reforma laboral impuesta por el Gobierno ha provocado
un deterioro generalizado del mercado de trabajo en nuestro país. Los únicos
frutos han sido la temporalidad y la precariedad, ya que ni ha creado empleo ni
ha logrado frenar su destrucción.
Se
ha producido una pérdida masiva de empleo indefinido (439.000 en un año), todo
el empleo que se crea es temporal, el desempleo de larga duración ha crecido un
8% en año y medio, el coste laboral por trabajadores en un año ha disminuido un
0,8% y la tasa de cobertura de las prestaciones por desempleo se ha reducido
más de un 7% en menos de año y medio.
Además,
las subidas salariales negociadas están siendo muy reducidas y no cubren el
incremento de los precios, deteriorando la capacidad adquisitiva de los
trabajadores y reduciendo su nivel de vida.
Para
UGT,
esta reforma tan lesiva, junto con las políticas de recortes permanentes y la
ausencia de medidas expansivas, está provocando que todo el ajuste recaiga
sobre las espaldas de los trabajadores, tanto en lo que se refiere a la disminución
de empleo como a la pérdida de poder adquisitivo de los salarios y en
prestaciones de servicios básicos.
Somos
un país más pobre, con más desempleo, con peores servicios pero con un sector
empresarial que cada vez aumenta más sus márgenes de beneficios. Pero el
Gobierno, autosugestionado por sus propias ideas, sigue dibujando una realidad
virtual alejada de la real.
Por
ello, el sindicato exige al Ejecutivo de nuestro país que no siga dando más
vueltas de tuerca a esta reforma y se centre en otras políticas que apuesten
por el empleo de calidad, por proteger a las personas y por instaurar medidas
coherentes que nos lleven hacia la senda de la recuperación económica.