jueves, 23 de abril de 2015

Rana Plaza: no nos olvidamos. Se cumplen dos años de la tragedia en Bangladesh

El 24 de Abril de 2013, el derrumbe de un edificio en Bangladesh, en el que había entre cinco y siete talleres de confección de ropa de grandes cadenas, se cobró la vida de 1.138 personas (la mayoría de ellas mujeres), quedando heridas  más de 2.000.

La catástrofe, que puso en la primera plana de las noticias a un sector que genera millones de beneficios todos los años, sirvió también para que tomásemos conciencia de la situación laboral de las personas que trabajan en estos talleres y de cómo se realiza la ropa y los zapatos que posteriormente se venden en nuestros países.

Desde entonces, una oleada de reacciones ciudadanas han hecho que se desarrollen varias campañas de solidaridad y trabajo, entre las que destaca la campaña de UNI Global The Bangladesh Accord (www.bangladeshaccord.org), destinada a que se paguen las compensaciones económicas a las familias víctimas de la tragedia, así como  garantizar a las condiciones mínimas en los centros de trabajo, además de intentar desarrollar los comités de salud y seguridad en todas las fábricas.

El acuerdo además implica a los sindicatos del país, a los centros de fabricación y confección de ropa y por supuesto a las marcas, entre las que se encuentran varias españolas, para mantener sus compromisos relativos a la compensación  a las víctimas y a la seguridad de los trabajadores y las trabajadoras. Es la hora de que se respeten los acuerdos firmados para que, tragedias como la sucedida y otras, no vuelvan a ocurrir nunca más.

Por otro lado, y siguiendo con la repercusión de la campaña de Uni, no debemos olvidar que, en un mundo globalizado en todos los sentidos, debe ser prioritaria la globalización de los derechos laborales de los trabajadores y trabajadoras del mundo que se encuentran en una situación de indefensión sindical, por lo que, mantener vivas este tipo de campañas,  y a las empresas en el punto de mira,  ayudará a aumentar la presencia de las organizaciones de trabajadores en el país, a promover el sindicalismo, y a mantener la solidaridad entre las organizaciones sindicales de los diferentes países, apoyando a los compañeros y compañeras, para poner fin a la criminalización de las conductas sindicales en Bangladesh.

Por último, recordar también nuestra responsabilidad personal, que puede ayudar a que no vuelvan repetirse este tipo de desastres: apelar a la responsabilidad de las empresas a la hora de realizar sus actividades cuando somos consumidores y consumidoras, preguntar, tomar conciencia de que podemos actuar de forma consecuente, tener en cuenta los aspectos medioambientales y sociales en los que se fabrican las prendas, apoyar campañas de comercio justo y sostenible, apoyar campañas como la desarrollada por la Uni Global Union y seguir exigiendo que se cumplan los acuerdos económicos ,entre otros,  ayudará a que las empresas y las firmas de moda a que tomen conciencia de la situación, y mejoren las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras de Bangladesh y de otros países donde son obligados a trabajar bajo condiciones de explotación laboral.