Los datos de la EPA, correspondientes al último trimestre de 2017, muestran un descenso del empleo en el trimestre de 50.900 personas. No obstante se produce un aumento anual del empleo en 490.300 personas (+2,6%). La cifra total de desempleados se sitúa en 3.766.700 personas (con una tasa de paro del 16,55%, por encima de la del trimestre previo). Estos datos corroboran que la recuperación económica en España se está viviendo acompañada de un aumento de la ocupación en los trimestres de mayor estacionalidad. Además, las cifras de cierre del año 2017 no pueden hacer olvidar algunas cuestiones:
En primer lugar, como ponen de manifiesto las estadísticas, se trata de un empleo con altas dosis de precariedad. A la enquistada temporalidad (cuya tasa se alza hasta el 26,7%), se han unido con fuerza nuevas formas de precariedad: la consolidación del tiempo parcial involuntario (57,3% del empleo a jornada parcial), los falsos autónomos y otras formas de trabajo atípico.
Además, con este volumen de desempleo, aún se necesitan más de 1 millón de empleos y reducir el paro en 560.000 personas para lograr los niveles que teníamos a finales de 2008.
Asimismo, se está produciendo un avance de la precariedad en el desempleo, con una extensión del paro de muy larga duración (aún casi 4 de cada 10 desempleados lleva más de dos años buscando empleo), una tasa de cobertura insuficiente (56% en 2017) y unas políticas de empleo ineficaces a la hora de mejorar la empleabilidad de las personas, en especial de los jóvenes y, sobre todo, de los mayores de 55 años.
La crisis y las reformas laborales han dejado como herencia una precarización del mercado laboral y de los derechos de los trabajadores, produciendo un aumento de los niveles de desigualdad, hasta situar a casi el 28% de la población española en riesgo de pobreza y exclusión social.
Por todo ello, la Unión General de Trabajadores considera imprescindible otra política centrada en las personas. Una política que implemente un plan de choque por el empleo que reduzca el desempleo, que cree empleo de calidad y con derechos y que mejore los salarios de la población de nuestro país para estimular el consumo y la inversión y consigamos una recuperación para el conjunto de la sociedad.
Una política que mejore la protección de los desempleados, sobre todo los de larga duración y los de los mayores de 55 años, que están siendo arrinconados hacia la pobreza por las medidas del Ejecutivo, y que reduzca los altos niveles de desigualdad y exclusión social que existen en nuestro país.
Datos de interés
Según la Encuesta de Población Activa (EPA), en el último trimestre de 2017 el empleo descendió en 50.900 personas con respecto al trimestre anterior (un -0,27%), mientras el desempleo aumentó en 34.900 (un 0,94%). El número total de desempleados se situó en 3.766.700, y la tasa de paro sólo subió en el último trimestre 0,16 puntos, hasta el 16,55%. En la serie desestacionalizada, la tasa de variación trimestral del empleo es del 0,39%, mientras la de paro es del -1,65%.
En el balance del año las cifras muestran un aumento del empleo de 490.300 personas (un 2,65%) y un descenso del paro (471.100 personas menos en desempleo, lo que supone una reducción del 11,12%). La tasa de empleo se sitúa en el 62,57%, 1,52 puntos por encima que un año atrás. Mientras, la tasa de paro, en un 16,65%, no logra descender más que 2,10 puntos en el año.
Cabe resaltar la trayectoria seguida por la población activa y la población inactiva. En el trimestre, la primera muestra un descenso de 15.900 personas (-0,07%). La bajada de la población activa no es consecuencia de una menor población; de hecho la población mayor de 16 años ha crecido en el trimestre un 0,14%. Por tanto, el descenso de población activa se relaciona directamente con el aumento de población inactiva, que aumenta en el trimestre en 69.800 personas (0,44%). La tasa de actividad desciende de nuevo hasta el 58,80%.
En el año, la evolución es similar: la población mayor de 16 años asciende un 0,34%, mientras la población activa lo hace en menor grado (0,08%), al tiempo que los inactivos aumentan (112.500 más). La tasa de actividad baja en un año 15 décimas.
El trimestre es positivo para los sectores de agricultura e industria, pero negativo para construcción y servicios. Queda reflejado el cambio de un trimestre marcadamente estacional (el tercero), en el que el empleo viene impulsado por el turismo y la construcción, a un trimestre de menor actividad económica, a pesar de la temporada navideña. Así, el número de ocupados aumenta un 5,6% en el sector primario y un 1,5% en la industria, al tiempo que se reduce un 0,9% en la construcción y el terciario respectivamente.
En el año, no obstante, aumenta en el empleo en todos los sectores. Destaca el sector de la construcción (6%) seguido de la industria (5,1%). El empleo en la agricultura crece anualmente un 0,5% y en los servicios un 2,1%.
En términos trimestrales cae la ocupación en el sector privado y aumento en el público. En el primero se pierden 63.500 empleos, frente al incremento de 12.700 el sector público. Desde 2016, aumenta el número de ocupados en el sector privado (401.600 empleos más, un 2,59%) y en el público (88.600 empleo, un 2,97% más).
La brecha entre hombres y mujeres se amplía de nuevo
Por sexo, en el año, ha aumentado el número de ocupados, hombres (un 2,65%) y mujeres (un 2,64%) y ha descendido el paro entre los hombres y las mujeres (-13,10% y -9,18%). Pero se encuentran diferencias trimestrales. En el caso de las mujeres, aumenta la ocupación y aumenta el desempleo, debido a una expansión de la situación de actividad y un descenso de la inactividad. Entre los hombres, desciende la ocupación y sube el desempleo, con una caída de la actividad y un aumento significativo de la inactividad.
La brecha entre hombres y mujeres se amplía de nuevo. La tasa de paro masculina se encuentra en el 14,97%, mientras la femenina es casi 4 puntos superior, del 18,35%. Un 51,7% de las personas en desempleo son mujeres.
Entre los extranjeros aumenta el empleo en términos anuales (un 5,84%) y trimestrales (0,69%). No obstante, aunque disminuye el número de desempleados y la tasa de paro desde fin de 2016, en el trimestre aumenta. Un 17,4% de las personas en desempleo son extranjeras, con una tasa de paro que asciende al 23,57%, por encima de la media de la población española.
Por grupos de edad, el paro disminuye en el año en todos los tramos, excepto entre los jóvenes hombres de 16 a 19 años. En el trimestre aumenta entre los hombres a partir de 25 años y entre las mujeres, en cambio, hasta los 54 años. Más del 14% de las personas en paro tienen más de 55 años, mientras un 14,8% tienen menos de 25 años.
La tasa de paro entre los menores de 25 años se sitúa en un 37,46% y entre los mayores de 55 años en el 14,37%.
Cabe destacar la destrucción de empleo anual mostrada en el grupo de 30 a 39 años entre hombres y mujeres. En el trimestre, se produce un descenso del empleo en este grupo y en el grupo de jóvenes hasta los 30 años.
UGT advierte del riesgo de efecto desánimo y de la situación de los grupos de trabajadores con mayores dificultades de inserción (jóvenes y mayores de 55 años).
A ello se añaden los datos de desempleo de larga duración. En 2008 poco más del 20% de las personas en desempleo llevaba más de un año buscando empleo, un porcentaje que se sigue elevando hasta el 50,4% en el cuarto trimestre de 2017 (51,3% en el caso de las mujeres), siendo alta la incidencia de las personas que llevan buscando empleo más de dos años (36,3% de los desempleados).
El número de asalariados ha aumentado en 537.100 personas en el año (3,49%); con un avance anual del empleo temporal (un 4,40%; 179.200 personas) y del indefinido (un 3,16%, 357.900 personas). Este trimestre se observa la finalización de la temporada estival en cuanto a la menor incidencia de la contratación temporal, que desciende un 2,36% respecto al trimestre de verano; mientras, sube la contratación indefinida un 1,03%. A pesar de esto, la temporalidad sigue avanzando: la tasa se mantiene en el 26,7% (en el 27,7% la femenina), con valores superiores a los registrados en el mismo trimestre del año 2016.
Por su parte, la parcialidad queda consolidada como un elemento estructural de nuestro mercado de trabajo que permite obtener mejores ritmos de creación de empleo. La parcialidad (tras el descenso que muestra cada trimestre de verano) aumenta otra vez este trimestre hasta llegar su tasa al 14,8%. Hay que tener en cuenta que, sólo en el último trimestre el número de ocupados a tiempo completo descendió en 130.400 personas, mientras a tiempo parcial subió un 2,9% (79.600 personas, de las que 69.200 son mujeres). La parcialidad involuntaria se mantiene así en el 57,3%, con 1,6 millones de ocupados a tiempo parcial que aceptan esta situación por no encontrar empleo a tiempo completo.