martes, 4 de octubre de 2011

El empleo debe ser la prioridad de la política económica, no la reducción del déficit

UGT considera imprescindible que el impulso de las políticas públicas se destine a la actividad económica

Los datos de paro correspondientes a septiembre publicados hoy por los Servicios Públicos de Empleo muestran una subida de 95.817 desempleados más respecto al mes anterior, lo que sitúa la cifra total de personas sin empleo en 4.226.744. Estos datos confirman la nueva paralización de nuestra economía, que sigue dependiendo en exceso de sectores ligados a la estacionalidad. En este sentido, la política de ajustes y recortes ejercida hasta ahora ni calma los mercados especulativos ni es la adecuada para recuperar el crecimiento económico y del empleo. Por ello, UGT manifiesta la necesidad de devolver la prioridad de esta recuperación a la política económica, no a la reducción del déficit, con medidas que pasen por una reforma fiscal y por recuperar el crédito que permita a las empresas agilizar su actividad y reinvertir los beneficios en actividad productiva. El sindicato considera imprescindible que el impulso de las políticas públicas se destine al estímulo de la actividad económica, que es lo que determinará, en definitiva, la recuperación del empleo.

Los datos publicados hoy por los Servicios Públicos de Empleo indican que en el mes de septiembre se han registrado como paradas 95.817 personas más que en el pasado mes de agosto (un aumento del 2,3%). En términos interanuales son 208.961 más, lo cual indica un incremento del 5,2%. Esto hace que la cifra de parados registrados se sitúe en 4.226.744 personas.

Distinguiendo según género, es mayor el aumento del desempleo entre las mujeres que entre los hombres, pues hay 53.908 paradas más (un 2,6% más que en agosto), mientras que los hombres desempleados son 41.909más que en agosto (un incremento del 2,1%).

Aumenta considerablemente el número de jóvenes (menores de 25 años) desempleados, en 39.306 frente al mes anterior y en 9.922 respecto a agosto de 2010. Aquí se recoge en buena medida el efecto estacional de incorporación a la búsqueda de empleo tras la finalización de estudios más el fin de campaña estival.

Por lo que respecta a los extranjeros, también aumenta el número de desempleados en términos mensuales en 6.509personas (una subida del 1,1%), que en la comparación con el año anteriores eleva al 3,1%.

Salvo en el sector agrícola y la construcción, hay más desempleados respecto al mes anterior en todos los demás sectores: en el sector servicios, se registra el mayor aumento, de 74.590 desempleados (lo que supone un 3,1% más en términos relativos), y en la industria, el incremento es de 3.776 desempleados (un 0,8%). Por el contrario, en la agricultura hay 1.350 desempleados menos que en el mes de julio (una reducción del1%) y en la construcción, la diferencia es de 185 desempleados menos. Destaca el hecho de que el número de desempleados sin empleo anterior aumente en 18.986, un 5,2% más que en el mes anterior.

El número total de contratos registrados en septiembre aumenta en un 31,3% respecto al mes pasado, aunque el aumento interanual es de apenas un 0,2%, lo que determina un total de 1.393.728 contratos registrados. En este mes, se incrementan ambos tipos de contratos respecto al mes anterior, aunque en la comparación interanual, se reducen los indefinidos: hay 38.598 contratos indefinidos registrados más que en agosto, pero 17.394 menos que en septiembre de 2010; en el caso de los temporales, se han registrado 293.827 más que en agosto, y 20.819 más que hace un año. Aumentan también los contratos a tiempo parcial, tanto indefinidos (un 64,3%) como temporales (un 39,8%). Los contratos temporales celebrados han supuesto el 92,5% del total de contratos. Y del total de contratos temporales, el 32,3% han sido contratos a tiempo parcial.

Conclusiones:

La fuerte subida del desempleo tras el periodo estival confirma la nueva paralización de la actividad económica, tal y como registraban los datos de Contabilidad Nacional publicados el pasado mes. Nuestra economía sigue dependiendo en exceso de sectores muy ligados a la estacionalidad (turismo, comercio…) que, al terminar la temporada, destruyen el poco empleo creado. El incremento de desempleados en el sector servicios señala esta situación.

Por otra parte, la atonía de la actividad política a la espera de las elecciones del 20 de noviembre, tras el ajetreado mes de agosto lleno de medidas que trataban de paliar los ataques de los mercados financieros, no colabora a la recuperación de una senda de crecimiento económico. Hasta la fecha, la política económica implementada ni es capaz de calmar a estos mercados especulativos ni tiene los frutos que toda política económica debe perseguir, a saber, la mejora del bienestar y el progreso económico de sus ciudadanos.

De nuevo, los datos confirman que la política económica no es la adecuada para recuperar el crecimiento y, por tanto, la creación de empleo. Sino todo lo contrario, porque las políticas de ajuste que tienen como objetivo último recortar los niveles de déficit, están ahogando toda posibilidad de recuperación y profundizando aún más en la destrucción de empleo, que se sitúa en los mismos niveles que al inicio de la crisis: el aumento del número de desempleados en septiembre de 2011 es el mismo que el que se registró en septiembre de 2008.

El menoscabo del Estado de Bienestar que supone la priorización del déficit sobre el impulso de la actividad económica es cada vez más palpable. Las Comunidades Autónomas están adoptando medidas de ajuste del déficit desde la perspectiva del recorte del gasto público, reduciendo los servicios públicos como la sanidad y la educación, a la vez que aumentando la destrucción de empleo.

Hay que devolver la prioridad de la recuperación económica y del empleo a la política económica, no la reducción del déficit como única salida posible a la recaída que nos acecha. Sin crecimiento, no hay forma de reducir el déficit.

Las políticas económicas que necesitamos pasan por llevar a cabo definitivamente una reforma fiscal, por recuperar el crédito que permita a las empresas agilizar su actividad y reinvertir los beneficios en actividad productiva, para recuperar el crecimiento económico y la creación de empleo. Mientras no se recuperen los niveles de inversión productiva (ya sea pública o privada) no habrá posibilidad de generación de nuevo empleo.

Y mientras desde las esferas europeas no se agilice la toma de decisiones ni se modifiquen los parámetros de la política, la situación no tiene visos de cambiar. Sería muy deseable que la política monetaria del Banco Central Europeo añadiera entre sus objetivos el crecimiento económico y del empleo, además de la estabilidad de precios.

El impulso de las políticas públicas ha de destinarse al estímulo de la actividad económica, que es la que determinará el tipo de empleo, la cualificación, la estabilidad y, en definitiva, la calidad del mismo.

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